Estos son los famosos pimientos que hacía mi abuela Nené. Ella los aprendió del cocinero que tenía en África, en el cuartel donde mi abuelo era comandante y gobernador militar, en el Monte Ketama.
Están muy buenos y son fáciles de hacer, aunque llevan su tiempo. Os explico como se hacen.
INGREDIENTES PARA 2 PERSONAS:
- 2 pimientos ni demasiado grandes ni demasiado pequeños.
- 1/2 kg. de carne de vacuno picada
- Tomate frito casero, si no tenéis o no os apetece hacerlo compráis uno que sea bueno.
- 1/2 cebolla mediana
- Sal
- Pimienta
- Aceite
PREPARACION:
Lo primero que tenemos que hacer es la carne. Ponemos en una sartén grande un poquito de aceite, salpimentamos la carne con un poquito de sal y un par de golpes de pimienta recién molida.
Cortamos la cebolla en brunoise, osea, pequeñito, y rehogamos la cebolla con una pizca de sal, que coja colorcito. Añadimos la carne y lo rehogamos todo bien. La vamos separando con la espumadera, para que quede suelta. A medio hacer, añadimos dos cucharadas soperas de tomate frito. Terminamos de hacer la carne, probamos de sal, rectificamos si hace falta y reservamos.
Lavamos los pimientos, y los cortamos por arriba, los limpiamos bien de pepitas y con la mano le quitamos los nervios. Guardamos los capuchones para luego taparlos.



Rellenamos los pimientos, dejando como unos dos centímetros sin llegar hasta arriba, y según vayamos rellenando vamos apretando la carne para queden bien rellenos. Ponemos la tapa y la sujetamos con dos palillos por arriba.

Cuando tengamos todos los pimientos los colocamos en vertical en una fuente para horno, y los horneamos a 200º C durante aproximadamente una hora, o hasta que estén hechos. Para que se queden de pie, les cortamos, sin romper la base del pimiento para que no se salga el relleno, un pelín el traserete a los pimientos, los justito para que se asienten y no se caigan. Y si no, pues tumbaditos con cuidado. Si la tapa está bien sujeta no se va a salir el relleno si los tumbáis.
Espero que os gusten y los hagáis 🙂