Esta receta es típica del pueblo de mi madre, igual que de muchos pueblos. Las recetas entre unos y otros poco varían.
Son muy fáciles de hacer, aunque algo entretenidas, pero están muy ricas.
Es una receta muy humilde por sus ingredientes y que se ha hecho toda la vida en nuestras casas.

- 6 huevos pequeños
- 1 vaso pequeño de vino blanco
- 160 ml de leche templada
- 150 ml de aceite de oliva virgen
- 750 gr. de harina de fuerza
- 25 gr. de levadura de repostería
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharada de anisetes
- Aceite para freír
- Azúcar para espolvorear
En un bol mezclamos la levadura con la leche y el aceite, y en otro bol batimos los huevos.
Mezclamos los huevos con el otro bol.
En un bol grande ponemos el resto de ingredientes secos y los mezclamos con la mano. Hacemos un volcán y añadimos la mezcla húmeda. Vamos mezclando con las manos.
Si no queremos mancharnos, los metemos en una amasadora y que trabaje ella…jejejeje.
Tiene que quedar una masa suave, blanda, pero no demasiado, que se pueda estirar con las manos.
Ponemos una sartén con aceite a calentar.
Ponemos en la encimera unas gotas de aceite y lo restregamos. Nos ponemos unas gotas en la mano.
Vamos cogiendo bolitas y las vamos estirando con las manos en la encimera engrasada.

Las vamos echando a la sartén, y rápidamente las sacamos, porque se hacen enseguida. No nos podemos distraer.

Las vamos poniendo en una bandeja forrada de papel de cocina y vamos echando azúcar por ambos lados.
Repetimos hasta terminar. Salen muchísimas.
HALA A DISFRUTAR!!!!!!!!!